¿A quien vas a invitar pa tu cumple? mmm a la Coca, al Pelao, a la Naty, a la Loly, a la Leti, a la Luli, etc. y sigue una larga lista….¿a quién no le ha pasado en alguna época de su vida que se sintió prácticamente atiborrado de amigos?…todos los fines de semana…el celular o el teléfono no paraba de sonar, y al otro lado de la línea no faltaba el cuate o la comadre que llamaba medio hiperventilado (a) ofreciéndonos algún brillito para la noche o diciéndonos ¿galla (o) que hacemos hoy?….
El punto es que uno enceguecido por las mismas ansias de carretear o de sumergirse en esa excitante vorágine, seguíamos la corriente a “ese partner de los viernes”….
Asumo y revelo que en alguna etapa, viví esa experiencia, en que conocí mucha gente o la suficiente como para salvar los fines de semana, o salir por ahí...pues me daba alergia o “angustia” quedarme en la casa…¡No, qué atroz!. La consigna era “carretear” a como de lugar.
Y así pasaron los años….muchas peripecias y anécdotas quedaron plasmadas en mi recuerdo…no obstante hoy a los 33, me pregunto ¿dónde esta esa gente con la que salía?, ¿qué se hicieron?, ¿qué fue de sus vidas?….en conclusión gran parte o casi todos…sólo fueron amigos de carrete u amigotes como se denomina…y por último está bien…que más da.
El proceso complicado es cuando empiezas a traspasar esa hora de efervescencia de trasnochar tanto…y te das cuenta que estás solo, y que esas personas con las que salías o te emborrachabas, en realidad…eran solamente para ESO.
Y alguna vez albergue que sí eran mis amigos…o quise creer….
Ahí entre ese lapso de dejar esos afanes discotequeros o de andanzas bohemias…me empecé a sentir sola…pues si se me ocurría invitar a gente a la casa, anunciando un carrete, claro esas personas eran los primeros en llegar…pero cuando quería que alguien me escuchará o conversar de algo más profundo, que no fuera estando arriba de la pelota en el sentido literal y metafórico, tampoco se podía o simplemente no HABÍA SERES CON LOS CUALES CONECTAR.
Hoy, ya no me va, ni viene no tener tanta gente a mi alrededor…pues la amistad es algo que recién cumplido las tres décadas vine a comprender…
Ya no me llena ni me satisface carretear por carretear con fulanos o fulanas que no conozco mucho o que sólo ubico, el típico conocido…
Y aunque en la actualidad no sea en apariencia muy amistosa o no llame tanto a esos amigos (los pocos que sobrevivieron o los verdaderos)…pese a todo están y nos comunicamos...quizá menos, pero si más en contenido.
Por ahora mis felicidades en ese plano, residen en juntarme con esas personas especiales a conversar de temas profundos, también echar la talla y tomar una rica once….
Y tu cuéntame… ¿te sientes solo o sola? ¿Qué tan amigo eres de esas personas con las que te juntas o sales de juerga?
A propósito de Facebook, esto de tener mil o dos mil amigos es una bella ilusión…para mi son contactos….amigos sólo hay pocos. O incluso a veces no todos tienen la dicha de contar con uno, es el caso de aquellos que están sumergidos en un mar de gente pero con un centímetro de profundidad.
Aunque sea obvio tener amigos…no es tan obvio, como me dijo alguien que conocí por Facebook. ¡Justamente!
El punto es que uno enceguecido por las mismas ansias de carretear o de sumergirse en esa excitante vorágine, seguíamos la corriente a “ese partner de los viernes”….
Asumo y revelo que en alguna etapa, viví esa experiencia, en que conocí mucha gente o la suficiente como para salvar los fines de semana, o salir por ahí...pues me daba alergia o “angustia” quedarme en la casa…¡No, qué atroz!. La consigna era “carretear” a como de lugar.
Y así pasaron los años….muchas peripecias y anécdotas quedaron plasmadas en mi recuerdo…no obstante hoy a los 33, me pregunto ¿dónde esta esa gente con la que salía?, ¿qué se hicieron?, ¿qué fue de sus vidas?….en conclusión gran parte o casi todos…sólo fueron amigos de carrete u amigotes como se denomina…y por último está bien…que más da.
El proceso complicado es cuando empiezas a traspasar esa hora de efervescencia de trasnochar tanto…y te das cuenta que estás solo, y que esas personas con las que salías o te emborrachabas, en realidad…eran solamente para ESO.
Y alguna vez albergue que sí eran mis amigos…o quise creer….
Ahí entre ese lapso de dejar esos afanes discotequeros o de andanzas bohemias…me empecé a sentir sola…pues si se me ocurría invitar a gente a la casa, anunciando un carrete, claro esas personas eran los primeros en llegar…pero cuando quería que alguien me escuchará o conversar de algo más profundo, que no fuera estando arriba de la pelota en el sentido literal y metafórico, tampoco se podía o simplemente no HABÍA SERES CON LOS CUALES CONECTAR.
Hoy, ya no me va, ni viene no tener tanta gente a mi alrededor…pues la amistad es algo que recién cumplido las tres décadas vine a comprender…
Ya no me llena ni me satisface carretear por carretear con fulanos o fulanas que no conozco mucho o que sólo ubico, el típico conocido…
Y aunque en la actualidad no sea en apariencia muy amistosa o no llame tanto a esos amigos (los pocos que sobrevivieron o los verdaderos)…pese a todo están y nos comunicamos...quizá menos, pero si más en contenido.
Por ahora mis felicidades en ese plano, residen en juntarme con esas personas especiales a conversar de temas profundos, también echar la talla y tomar una rica once….
Y tu cuéntame… ¿te sientes solo o sola? ¿Qué tan amigo eres de esas personas con las que te juntas o sales de juerga?
A propósito de Facebook, esto de tener mil o dos mil amigos es una bella ilusión…para mi son contactos….amigos sólo hay pocos. O incluso a veces no todos tienen la dicha de contar con uno, es el caso de aquellos que están sumergidos en un mar de gente pero con un centímetro de profundidad.
Aunque sea obvio tener amigos…no es tan obvio, como me dijo alguien que conocí por Facebook. ¡Justamente!
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