He estado en silencio observando desde hace mucho rato a mis contactos de Facebook… y sólo me gustaría hacer una reflexión….
¿De que sirve desgastarse en pelear con el vecino, con el amigo, con el colega, etc.e inducirlo “como sea” a hacer que cambie de opinión a la fuerza?, ¿o desvivirse por insultar a éste o al otro, por pensar de tal o cual manera?….
Independiente de quien gobierne el país, nadie puede desconocer que hay un aspecto que sólo depende de nosotros, si en el sillón presidencial se sienta el de derecha, el de izquierda, o del lado que sea, “a las finales” cada uno debe hacer patria en su metro cuadrado, y aprender a gobernarse a si mismo.
Acepto la diversidad de opiniones, cada cual puede pensar como le de la gana…no obstante encuentro amargado o ignorante, sumergirse en esa vibración de andar insultando o denostando al otro porque voto por tal candidato, o bien sacando hechos del pasado con tal de continuar con esta “campaña beligerante” o amargada, insisto.
Siento que con este proceso eleccionario que ha vivido Chile, más allá del hecho noticioso, me llama la atención toda esta algarabía que se ha generado en las personas comunes y corrientes, pues muchos se han vuelto extremistas en defender su postura, pero me pregunto ¿hasta que punto realmente están conscientes de lo que “defienden”?, ya que a veces percibo en algunos o algunas que aprovechan estas instancias “de manifestar lo que piensan” para echar afuera legalmente toda la rabia, resentimiento o amargura que cargan en su interior por otras causas…Es como su canción psicológica.
El cantante psicológico siempre va buscando “escenarios” para interpretar su cansona melodía…y no faltan los o las que lo aplauden o cantan también con él…
Eso de estarle buscando “yayas” a los candidatos de forma psicopática o enfermiza, me huele a mirar la paja en el ojo ajeno, y bien poco productivo…en vez de centrar nuestras energías en ocuparnos por corregir nuestros defectos o falencias.
Si tachamos al candidato A o B, de ladrón, de asesino, de cobarde, de esto o de lo otro, y ya somos agotadores con el temita….¿No será que estamos describiendo una parte de nosotros mismos que no queremos ver o no queremos asumir?….Creo que así es, según mi experiencia.
Finalmente mi reflexión es cuál o cuáles serán ahora los sofismas de distracción de aquellos que se desvivieron por atacar al candidato A o B. ¿Hacia que escenario se va a trasladar su canción psicológica?
¿De que sirve desgastarse en pelear con el vecino, con el amigo, con el colega, etc.e inducirlo “como sea” a hacer que cambie de opinión a la fuerza?, ¿o desvivirse por insultar a éste o al otro, por pensar de tal o cual manera?….
Independiente de quien gobierne el país, nadie puede desconocer que hay un aspecto que sólo depende de nosotros, si en el sillón presidencial se sienta el de derecha, el de izquierda, o del lado que sea, “a las finales” cada uno debe hacer patria en su metro cuadrado, y aprender a gobernarse a si mismo.
Acepto la diversidad de opiniones, cada cual puede pensar como le de la gana…no obstante encuentro amargado o ignorante, sumergirse en esa vibración de andar insultando o denostando al otro porque voto por tal candidato, o bien sacando hechos del pasado con tal de continuar con esta “campaña beligerante” o amargada, insisto.
Siento que con este proceso eleccionario que ha vivido Chile, más allá del hecho noticioso, me llama la atención toda esta algarabía que se ha generado en las personas comunes y corrientes, pues muchos se han vuelto extremistas en defender su postura, pero me pregunto ¿hasta que punto realmente están conscientes de lo que “defienden”?, ya que a veces percibo en algunos o algunas que aprovechan estas instancias “de manifestar lo que piensan” para echar afuera legalmente toda la rabia, resentimiento o amargura que cargan en su interior por otras causas…Es como su canción psicológica.
El cantante psicológico siempre va buscando “escenarios” para interpretar su cansona melodía…y no faltan los o las que lo aplauden o cantan también con él…
Eso de estarle buscando “yayas” a los candidatos de forma psicopática o enfermiza, me huele a mirar la paja en el ojo ajeno, y bien poco productivo…en vez de centrar nuestras energías en ocuparnos por corregir nuestros defectos o falencias.
Si tachamos al candidato A o B, de ladrón, de asesino, de cobarde, de esto o de lo otro, y ya somos agotadores con el temita….¿No será que estamos describiendo una parte de nosotros mismos que no queremos ver o no queremos asumir?….Creo que así es, según mi experiencia.
Finalmente mi reflexión es cuál o cuáles serán ahora los sofismas de distracción de aquellos que se desvivieron por atacar al candidato A o B. ¿Hacia que escenario se va a trasladar su canción psicológica?
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