Sunday, March 09, 2008

Conócete a ti mismo...y sabrás porque te alcoholizas o te drogas




Sin duda una persona se inicia en el alcohol o en las drogas alentado por su propia tragedia moral: desilusión amorosa, problemas económicos, la muerte de un ser querido o bien seducido por los amigos. Para descubrir el verdadero resorte que sustenta al vicio es vital examinarse a si mismo, asevera el misionero a cargo de la Asociación Cultural de Estudios Gnósticos de Concepción, Manuel Rigetti.

“Ese es el camino que plantea la gnosis, palabra griega que significa conocimiento, donde se haya toda esa sabiduría ancestral que conduce al sujeto al autoconocimiento y al cultivo del mundo espiritual”, agrega.

Haciendo alusión al tema de la droga, Manuel evoca la historia de un amigo rockero, que pese a que tenía inquietudes existenciales, era un hombre de la noche, amigo de la marihuana y de la cocaína aún en una etapa de iniciación, sentencia.

“Cuando conoció la gnosis, el muchacho empezó a aplicar la enseñanza a su vida, y así logro una fe conciente, la cual le dio la claridad y el impulso para alejarse poco a poco de ese ambiente. El ejemplo que ví en este chico me sirvió para comprobar que cuando hay un sentido de vida y una voluntad se puede salir de los errores, en este caso de las drogas.

Rigetti explica que a la luz de la gnosis, la drogadicción está sustentada en un ego o defecto psicológico que tarde o temprano produce daño al ser humano. “Dentro de uno hay muchos egos o yoes que en un momento dado se apoderan del individuo expresándose a través de la ira, los celos, el descontrol, etc.

Esos enemigos interiores a uno lo traicionan, y lo conducen al error y por ende al sufrimiento. El vicio de la droga muchas veces está alimentado por estados emocionales negativos como: mi familia es un desastre, no tengo trabajo, etc.

Por eso es importante observarse a si mismo y ver en que instancia se expresan esos defectos, reflexionar que ocurre en mi entorno, quienes son mis amigos.

Si una persona carece de un objetivo en la vida, no tiene un rumbo es víctima de las circunstancias, y muchas veces buscando evadir los problemas y el dolor cae en los desenfrenos, se emborracha y se droga hoy, y mañana vienen las inevitables consecuencias: cirrosis y vejez prematura.

Una persona ociosa y dedicada al vicio difícil será que alcance éxitos, pues todas las cosas en la vida llegan por ley de afinidad: el mundo interior es un imán que atrae las circunstancias externas. Así uno puede determinar su destino.

“Volviendo al caso de mi amigo, en estos cinco años he podido ver un cambio en él, ya que de a poco fue desprendiéndose del vicio, no fue de la noche a la mañana", asevera.
Después de 20 años, sus viejos camaradas siguen en el mismo círculo de la droga, a diferencia de este hombre que trazó su destino a punta de conocimiento práctico, esfuerzo y voluntad. Actualmente es un ciudadano útil a la sociedad: está felizmente casado y es misionero gnóstico en Córdoba”, concluye Manuel.

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