Monday, January 26, 2009

"Me hace bien hablar contigo"...(comunicación saludable)


Por Paula Villanueva



¡Ya se me hizo un nudo en la garganta¡…!se me quito el hambre¡ y me dolió el estomago ufff!!!..., ¿a quien no se le ha descompuesto el organismo, tras alguna acalorada discusión con el hijo, el esposo, la suegra?
O al revés muchos sufren estos mismos síntomas u otros asociados pero no por exacerbar su ira si no más bien por aguantar o reprimir lo que sienten….por agachar el moño como se dice en buen chileno, más la procesión va por dentro….y el colón es uno de los primeros que paga las consecuencias.

A la luz de estos ejemplos tan cotidianos, es obvio que cualquier diferencia de opinión con algún ser
querido, ya sea una peleita sin importancia o un conflicto mayor, incide en nuestra salud o equilibrio emocional. Nadie sensato puede decir que luego de haber discutido con alguien, se siente con energía, pues tras un alegato o un llanto de pena o rabia quedamos extenuados o aletargados, y el mal rato queda por unas cuantas horas impregnado en nuestro rostro: ojeras, cara pálida, y la boca amarga….

En fin el simple hecho de ponernos en contacto con otro, genera una serie de reacciones químicas en nuestro organismo. Por ejemplo: si vemos al hombre que nos vuelve loca o a la mujer que nos quita el sueño (en el caso de los varones) sin duda sentiremos que el corazón se nos sale por la boca, ya que aumenta la frecuencia cardiaca, y el estomago se nos aprieta de emoción, y si esta sensación de enamoramiento se prolonga, la persona se siente con más energía ya que las hormonas empiezan a activarse….

Debido al impacto que genera en nuestra fisiología, en nuestra mente y espíritu, el relacionarnos con los otros, es que debemos cuidar los lazos que entablamos con las personas, familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.
Está claro que hay vínculos que en vez de estimularnos: darnos paz y armonía, nos desestabilizan, en el caso de los romances o pololeos enfermizos, donde hay maltrato de la mujer o del hombre, terminan y vuelven y así se torna un constante devenir, que al final se transforma en sufrimiento y desgaste para ambos.

Sin embargo, esto no significa que tengamos que huir de los conflictivos o que nos relacionemos solo con personas “buenas” y tranquilas. Por supuesto que cada cual es libre de estrechar lazos con quien le de la gana, el punto es que seamos capaces de comunicarnos con las personas, cosa que es bien simple pero por alguna razón nos cuesta tanto.



La mayoría de las veces creemos fielmente que tenemos una estupenda comunicación con nuestros padres, marido, esposa u hijos, porque nos llevamos bien con ellos y hablamos harto, salimos, vamos a comer, al mall, etc.
¿Pagaste la cuenta de la luz?…, si mi amor, ¿los niños ya se durmieron?…¡mmm está rico su pastel suegrita!….hablamos de todo, pero no de lo que nos sucede por dentro. ¿Que te pasa?, Nada, si ya paso. Y ahí quedo todo y vamos acumulando basuritas….

Pero la verdad me he dado cuenta, que a veces no conocemos a la persona que vive junto a uno.

Así otra de las tantas evidencias de la falencia comunicativa a mi juicio es cuando un padre está iniciando una conversación con su hijo por ejemplo, le está planteando una situación que le desagrada de él, pero en ese dialogo surge una palabra, una mirada o un detallito que hace que uno de los dos se ofusque, y así sigue la cadena, al final terminan enojados por otra cosa… y a esa altura ya nadie quiere seguir hablando…y cada uno se encierra en su pieza….y la conversación inicial se la llevó el viento. Ese es un ejemplo.

Que les puedo decir de las relaciones de pareja, uh ahí si que hay material para abordar este tema. Sin duda, y por experiencia personal considero que lo más grave es no contarle las cosas que a uno le pasan al pololo o al esposo, claro que es súper válido omitir temas o comentarios para evitar hacer problemas o que él o ella se enoje y piense mal de mi, etc.

Creo que uno debiera hablar de todo con su pareja, ser sincero, el punto es que a uno mismo le cuesta conversar de intimidades o apreciaciones, de un modo tranquilo y sin ponerse nervioso, o sea da miedo lo que el otro pueda pensar de mí. Es justificable ese temor, pero cuando ya se tiene una vivencia de que no hablar no comunicarse sale peor, mejor contar las cosas, si ahí está la esencia de todo.

La clave es ser asertivos y claros en el mensaje. Decir: Me gusta tal cosa, me desagrada cuando haces esto, ¿porque será que siento tal cosa? etc. Ya que no es sano ni agradable guardarse las cosas por mucho tiempo….eso es una bomba de tiempo que en cualquier minuto explota, y ahí queda el desastre. Y lo trágico que eso va matando el amor hacia la pareja.
Lo misma lógica debiera operar con un amigo, un pariente o alguien a quien estimemos.

La comunicación es energía que debe fluir, como la sangre en nuestro cuerpo…ya que si las células del cuerpo dejan de comunicarse, se da cabida a las enfermedades y a los tumores cancerosos, como postula el científico chileno Darío Salas Sommer.
Esto de la comunicación es sumamente trascendente, o díganme que no es maravilloso conocer el mundo del otro, y que esté a su vez se compenetre con nuestras emociones, penas y alegrías, es decir, empatice.

O cuéntame que ¿después de un ameno y sincero dialogo con un amigo, con tu pareja, o con tu hija, no quedas hinchado….pero está vez, de alegría y regocijo?

No comments: