Por Paula Villanueva Burgos
_Ufff, Me siento horrible….el Juan se fue con otra_ no me abandones ahora que más te necesito…_tu eres la única persona que me escucha y me comprende_…_sin tu apoyo...nose que sería de mi_
¿Han escuchado esas suplicas antes?…¡como no!, así exclama él o la que está mal y sufre…claramente por diversas circunstancias a veces la vida se nos pone por delante y tenemos que bailar con la fea o saborear el lado amargo de la medalla: terminar un pololeo, discutir con los padres, separarse del marido, ser traicionados por una persona en la que confiábamos, etc., cual quiera sea el problema o la aflicción…uno se siente cansado, desmoralizado, y desorientado, deprimido, y miles de sensaciones asociadas que configuran un estado de duelo, con mayor razón si se trata de una separación o la pérdida de un querido…
Desde el ser más millonario de la tierra hasta el más miserable en algún minuto de su existencia han derramado lagrimas en nombre del amor, se les ha caído el pelo por los nervios que los invaden, y en casos más extremos algunos ven que su vida ya no tiene sentido o razón de ser….
Dolores y fracasos hemos tenidos todos, y en esas instancias por supuesto que necesitamos con ansias que alguien nos escuche o nos acoja, y nos tienda su mano, a través de una palabra de aliento, un consejo, o simplemente que nos abrace...es bello sentir que ese amigo o amiga está ahí…contigo, no sólo en las buenas sino también en las malas…
Es innegable y seguramente a ustedes le habrá pasado que si hacen "un carrete con harto copete", llega todo el mundo, el Pepito, fulanito, zutanita, y hasta con paracaídas, en la abundancia sobran los amigotes…y te golpean la espalda…diciendo "buena compadre"…digo así porque cuando se está en la vereda opuesta, las amistades se cuentan con los dedos de una mano, y eso.
Estoy hablando de la mayoría…aunque puede haber excepciones de personas que tengan el gozo de tener verdaderos amigos (me refiero a amigos del alma no amigos de los vicios)
Creo que es súper legitimo tener pena y querer que alguien te acoja, especialmente si con esa persona hay confianza, cariño y más encima te conoce mucho…es un deber moral mas bien que éste último se la juegue por ti, te brinde afecto y te haga el dolor más hermoso…más llevadero.
El o la que consuela también se nutre de esa experiencia….
Considero noble ayudar a un amigo a pasar los tragos amargos en la vida…así más se fortalece la amistad, sobretodo si el hombre o la mujer que sufre logra darse cuenta y dar un paso en querer salir de la tristeza y la depresión...volver a levantarse en definitiva…en esas instancias vale la pena abrazar y sacrificar una ida al mall, o quedarse en la casa durmiendo un domingo en la mañana…por animar a tu amigo o amiga.
Por que él o ella te demuestra que pese al dolor...quiere salir adelante...y toma en cuenta tus consejos…
No obstante...hay casos en que a veces una persona por intentar salvar a un ahogado del río, termina ahogándose ella.
Quizá les ha ocurrido que en algún momento quisieron de corazón ayudar a alguien que estaba mal…pero a la larga vieron que el señor o la señorita sufriente…más que salir del problema, le acomodaba seguir pegado a su canción sicológica…ejemplos hay muchos….de personas que se quejan de tal cosa, pero al parecer les gusta sufrir o no quieren reconocer su situación...y así es imposible emerger del círculo del sufrimiento y del error.
A estas alturas….sinceramente prefiero ayudar sólo a aquel que vale la pena, me refiero a aquel hombre o aquella mujer sensatos que anhelan salir adelante….no voy con “los cantantes del dolor” que a la larga sólo te roban energía, tiempo y amor….
Así que ahora “soy mala”, ya no dedico más tiempo, energía y amor EN LOS QUE PRIMERO NO SE AYUDAN A SI MISMOS.
Justicia y misericordia…ahí esta la clave…
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