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Una de las experiencias satisfactorias y entretenidas en la vida laboral fue haber hecho un programa Radial…
Cada mañana del martes, ese pequeño metro cuadrado de locutorio, se transformo en un escenario imaginario desde donde brotaban las palabras y las melodías, elementos que dieron vida a “Esencia” una idea que nació literalmente, de la noche a la mañana, y así de rápido llegue a salir al aire con el nuevo espacio en la Radio UBB.
Dada mi condición de mujer piola, era un desafío enorme enfrentarme a un micrófono y en especial, ante una audiencia de radioescuchas; confieso esto porque mientras estudie periodismo en la UDD, nunca fui de las alumnas aventajadas en los ejercicios de la asignatura de radio o TV, más bien le hacia el quite… así fue bien mínimo lo que aprendí en verdad en mis años académicos.
Pero el ímpetu por llevar a cabo este pequeño anhelo era tan intenso y profundo que me sobrepuse a la vergüenza y a todos los designios, así luego del vamos del radio controlador, tuve el honor de emitir las primeras palabras al aire. Sentí una sensación maravillosa, aunque en el primer capitulo estaba algo nerviosa, pero feliz porque valió la pena atreverse.
Ahora luego de haber cruzado el umbral del miedo al ridículo y la vergüenza, me dispuse a contarle a mis más cercanos acerca de mi nueva hazaña como periodista.
Poco a poco fui tomando el ritmo, y el programa empezó a tener un cuerpo y un estilo característico, así durante seis meses de transmisión aprendí mucho, pues tuve que hacer de productora, asistente, locutora, relacionadora pública, etc.
La versatilidad es un atributo muy preciado, y eso es lo bonito de las comunicaciones, tener el privilegio de dar a conocer un mensaje desde diferentes ámbitos o contextos, pero lo que más agrada al espíritu es la interacción con los auditores, sentir el aprecio de ellos, fue la coronación al esfuerzo de emprender este utópico proyecto. Darme cuenta que estaba aportando al bienestar de las personas, le daba sentido a mi quehacer. Esas instancias vívidas me hicieron conectarme con mi vocación, que alguna vez creí perdida, y descubrir lo que me gustaba hacer.
Algún día no muy lejano espero volver a las pistas radiales…Ojalá sea pronto :)
Cada mañana del martes, ese pequeño metro cuadrado de locutorio, se transformo en un escenario imaginario desde donde brotaban las palabras y las melodías, elementos que dieron vida a “Esencia” una idea que nació literalmente, de la noche a la mañana, y así de rápido llegue a salir al aire con el nuevo espacio en la Radio UBB.
Dada mi condición de mujer piola, era un desafío enorme enfrentarme a un micrófono y en especial, ante una audiencia de radioescuchas; confieso esto porque mientras estudie periodismo en la UDD, nunca fui de las alumnas aventajadas en los ejercicios de la asignatura de radio o TV, más bien le hacia el quite… así fue bien mínimo lo que aprendí en verdad en mis años académicos.
Pero el ímpetu por llevar a cabo este pequeño anhelo era tan intenso y profundo que me sobrepuse a la vergüenza y a todos los designios, así luego del vamos del radio controlador, tuve el honor de emitir las primeras palabras al aire. Sentí una sensación maravillosa, aunque en el primer capitulo estaba algo nerviosa, pero feliz porque valió la pena atreverse.
Ahora luego de haber cruzado el umbral del miedo al ridículo y la vergüenza, me dispuse a contarle a mis más cercanos acerca de mi nueva hazaña como periodista.
Poco a poco fui tomando el ritmo, y el programa empezó a tener un cuerpo y un estilo característico, así durante seis meses de transmisión aprendí mucho, pues tuve que hacer de productora, asistente, locutora, relacionadora pública, etc.
La versatilidad es un atributo muy preciado, y eso es lo bonito de las comunicaciones, tener el privilegio de dar a conocer un mensaje desde diferentes ámbitos o contextos, pero lo que más agrada al espíritu es la interacción con los auditores, sentir el aprecio de ellos, fue la coronación al esfuerzo de emprender este utópico proyecto. Darme cuenta que estaba aportando al bienestar de las personas, le daba sentido a mi quehacer. Esas instancias vívidas me hicieron conectarme con mi vocación, que alguna vez creí perdida, y descubrir lo que me gustaba hacer.
Algún día no muy lejano espero volver a las pistas radiales…Ojalá sea pronto :)